miércoles, 13 de noviembre de 2013

Toros y cofradías

          No se confundan por el título. Hoy no vamos a redactar una crónica de un Domingo de Resurrección cualquiera, día en el que la ciudad contempla como se entrelazan la culminación de nuestra Semana Santa con el comienzo de la temporada taurina a orillas del Guadalquivir. Lo que hoy queremos mostrarles es la exposición "Joselito y Belmonte. Una revolución complementaria (1914-1920)" (pulsen para mayor información), en la que se rememora a ambos paisanos toreros contemporáneos y su relación con el mundo cofrade a través de sus respectivas hermandades en particular. Dicha muestra sirve también para recordar el centenario de la alternativa de cada uno de ellos, artífices de la denominada "Edad de Oro de la tauromaquia", así como un reflejo de esa Sevilla dual, pero única en si misma. Tal es así, que la exposición es visitable en ambas orillas de la ciudad, en el Espacio Santa Clara (antiguo convento) en la c/ Becas y en el Castillo de San Jorge del Altozano, situándose de esta forma en los barrios de ambos maestros.





Por un lado, José Gómez Ortega, más conocido por Joselito "el Gallo", familia torera por doquier. Mozo que comenzara a enfrascarse en ese mundillo en plena Alameda de Hércules, el mismo fundador que desde lo alto de su columna lo observaba al igual que hace cada semana mayor con las diversas cofradías que transcurren por allí, pero en especial con esa marea verde Esperanza que acompaña a Ella, la Macarena. ¿Cuántas veces le rezaría Joselito? Era su debilidad, quizás porque vislumbraba en su mirada esa Esperanza que todos buscamos, y él sabedor que la necesitaría en los ruedos, rogaba por ella agradecido. Como ejemplos que pueden ver tienen una saya confeccionada con uno de los trajes de luces del maestro o las mariquillas de esmeraldas, todo un símbolo macareno ya que incluso ha servido como logotipo del año jubilar de la hermandad como puede ver a continuación.


Por todos es conocido el impacto que produjo la muerte de Joselito en toda la ciudad y obviamente entre sus familiares, amigos y miembros de la corporación. Por dicho motivo, Juan Manuel Rodríguez Ojeda vistió por primera y única vez a la Virgen completamente de riguroso negro en señal de duelo por el hermano de la cofradía, dicha imagen ha llegado hasta la actualidad como una de las más impactantes e inmortales estampas del mundo cofrade. Fue tal su devoción, que hasta en la magnífica obra que Mariano Benlliure realizara para el sepulcro del torero aparece en la cabecera del cortejo.


En el otro lado, Juan Belmonte García, "el pasmo de Triana", aunque curiosamente nacido en la calle Feria. Pero es, una vez ya mudado, en el arrabal alfarero donde comienzan sus andanzas taurinas siendo joven, ya que la familia instala un pequeño comercio en el mercado de Triana, lugar de dicha exposición, y donde se enclava la estatua del diestro frente a la entrada del mismo, en pleno Altozano, con el corazón hacia la Giralda pero con el alma en su barrio, saboreando el aroma del incieso desprendido por las cofradías trianeras al cruzar el puente.



Ahí lo vemos junto a la Capillita del Carmen, obra de Aníbal González, arquitecto y devoto también del Cachorro, teniendo una réplica del Cristo en su propio panteón del cementerio de San Fernando. Belmonte, sin embargo, se encuentra enterrado en una tumba de estilo cubista, aunque fue amortajado con su túnica de la cofradía, la que usó en vida para acompañar en una manigueta a la "Señorita de Triana". Aquella Virgen del Patrocinio, que una década después del fallecimiento del maestro, se convertía en pasto de las llamas en el fatídico incendio accidental de su capilla.


Ya saben, no dejen pasar esta oportunidad para descubrir estos y otros muchos detalles e imágenes en esta muestra, que tendrá sus puertas abiertas hasta el próximo día 15 de Diciembre.

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